Torre de compensación de la estación de bombeo de ATLL

Promotor: ATLL Aigües Ter Llobregat
Autor: Manuel  Ruisánchez
Equipo y Colaboradores: Marcel Cumplido, Arq.; ISUNO, Manel Sanmartí (fotovoltaica); BOMA (Estructuras); ANOCHE, AG4 (consultores iluminación)
Superficie y Presupuesto: 1.152,00 m2 y 1.269.690,73€
 

 

El parque de la Fontsanta en Sant Joan Despí aloja una infraestructura territorial que abastece de agua Barcelona y su Área Metropolitana. La actuación pretende convertir un objeto funcional, emergencia de esta infraestructura, en icono para la empresa y en referente urbano. El reto, dotar al objeto formal, que es el núcleo de hormigón, de una piel capaz de actuar y reaccionar frente a su contexto. Se trata de cubrir sin esconder. Compuesta por un cilindro de hormigón de 35 m de altura, lleva una piel ligera, cuya transparencia facilita la comprensión del objeto encontrando su lugar dentro del Parque de la Fontsanta.

La mayor parte de la “pigmentación” de la piel resulta de la colocación de módulos de chapa de aluminio deployées (deployer). La composición se hizo a partir de tres variables: Primero los tamaños de abertura de las chapas permiten conseguir un gradiente de transparencia. Por otra parte, los tres colores de chapa (bronce-oro-aluminio) establecen una jerarquía vertical, desde la tierra hasta la luz. Por último, se aprovecha la orientación de los huecos de la chapa colocándola hacia arriba o hacia abajo, de manera que favorece o disminuye los brillos y la permeabilidad visual de cada pigmento según el lugar de observación y las condiciones del momento. Así, se consigue con la colocación de este material, un objeto sensible al medio, ya que va a ser el propio medio que materialice el objeto.

Estas pautas de ordenación se establecen de manera que se inserten los paneles fotovoltaicos sobre la cara sur de la torre, entrando así en el diálogo compositivo. Los pigmentos fotovoltaicos grises y azules conforman un “chorro de agua” que desborda del depósito.

La composición por pigmentos de la envolvente convierte este objeto en un “barómetro” cuyos materiales dialogan y reaccionan singularmente según la hora del día, las condiciones climáticas y el punto de vista, consiguiendo una materialización dinámica en relación con el medio. A la vez esta piel se alimenta del medio para producir su propia energía.

El objeto se compone de dos fases. La primera trata el propio depósito de equilibrio, compuesto por un cilindro de hormigón postensado con dos tendones concéntricos que absorben las solicitaciones de los 35 m de la columna de agua. La segunda fase la compone la propia piel. Dado el sistema constructivo del núcleo, la piel que lo envuelve se sostiene desde la cima de la chimenea para colaborar, con su propio peso, con el núcleo de hormigón. Sostenida por una estructura radial de acero depositada en la coronación de la torre, esta aguanta las 32 costillas verticales que se desarrollan alrededor del núcleo de hormigón soportando cada pigmento de la fachada y conformando las pasarelas de mantenimiento. El sistema estructural actúa como un pentagrama formado por un despiece modulado. Transmite a la piel un marco de actuación vertical y ofrece una gran versatilidad de composición.

Por la noche, el sistema de costillas sirve de soporte de difusión lumínica mediante la implantación de un sistema de leds. La envolvente se convierte entonces en una pantalla cuya resolución esta modulada por cada costilla y emite animaciones abstractas relacionadas con el agua (como la evaporación, las precipitaciones o la imagen corporativa de la empresa). Es entonces cuando aparece otra materialización nocturna de la torre que ofrece nuevas percepciones en su ámbito urbano.