Promotor: Ayuntamiento de Terrassa
Autor: Manuel  Ruisánchez y Francesc Bacardit
Equipo y Colaboradores: Anna Bonet, Arq.; Marcel Cumplido, Arq.; Montserrat Riera, Arq.; Xavier Delgado, Arq. Técnico; TEC Engineering (Estructura e Instalaciones)
Superficie y Presupuesto: 79.267,00 m2 y 4.490.602,00€
Otros datos de interés: En colaboración con Bammp Arquitectes

 

El ámbito de ordenación que hemos proyectado y ejecutado termina y cierra por el sur el Parque de Vallparadís, que atraviesa de norte a sur el centro de la ciudad de Terrassa.

El parque de Vallparadís se planificó en 1916 y se ha ejecutado en diferentes etapas desde 1991. Es la conversión en espacio público del antiguo torrente de Vallparadís que, exceptuando un tramo situado bajo las Iglesias de San Pedro abierto anteriormente al público, estaba ocupado por huertas y vivero de árboles y plantas. El parque se ha desarrollado con diferentes tratamientos del espacio y la vegetación a lo largo de las diferentes fases de proyectación y ejecución tal y como pedía el Plan Especial de 1989. Salvo la parte ya mencionada bajo las Iglesias de San Pedro -un espacio natural con una plantación de plataneras de gran dimensión; un lugar muy acogedor y confortable-, el resto de fases se han estructurado teniendo más en cuenta elementos singulares y recorridos donde el arbolado y el resto de la vegetación son complementarios. Las diversas secciones del torrente a lo largo de su recorrido también han forzado la ordenación del espacio y la conexión de este con la ciudad.

Nuestro ámbito es una pieza alargada de generatriz curvilínea de 832 m de longitud con una superficie de 78.498 m2. En él, el torrente se ensancha y su sección es disimétrica. Al este, un fuerte talud de más de 15 m, lo separa del barrio de Can Palet, mientras que la topografía es muy suave y se enlaza cómodamente con el Barrio del Siglo XX, al oeste. Visualmente, desde el interior del parque la vertiente de levante se percibe como una fachada vegetal mientras que la vertiente de poniente se percibe como un plano horizontal escalonado.

La canalización del torrente mediante un colector de grandes dimensiones ha obligado a subir la cota natural del terreno y por tanto, ha aumentado la superficie plana del ámbito. Esta condición topográfica ha permitido poder realizar una plantación extensiva de arbolado que ha sido organizada a la manera de las explotaciones forestales, recogiendo la memoria histórica de las plantaciones y huertos del antiguo torrente.

Las plantaciones se han organizado mediante paquetes regulares de diferentes especies formando cajas vegetales protegidas por muretes de hormigón. Estos, al mismo tiempo que sirven de bancos lineales, separan y levantan la cota de las plantaciones de la del asfaltado de la vía-rambla que discurre a lo largo del ámbito y enlaza con el recorrido norte-sur de todo el parque de Vallparadís.

La colocación de las cajas vegetales – con desencajes entre ellas- responde a una geometría compleja que las adapta a la generatriz curvilínea del antiguo torrente, al tiempo que crea espacios de paso y de estancia en medio del arbolado. Este “pattern” de composición y colocación del arbolado se repite en la fase final (al sur) del parque, para adaptarlo a las características especiales de Can Jofresa. Esta zona, manteniendo una sección similar a la de la parte superior del parque, se encuentra entre un conjunto de edificaciones de gran altura, compuesto de torres de 16 plantas y bloques lineales de 6 plantas, con diversos equipamientos, que quedan dentro del ámbito del parque. Por tanto, el parque serpentea entre edificaciones y las cajas vegetales en este tramo, formadas por muros de gaviones de piedra natural, acogen –aparte de los arbolados- a los equipamientos existentes. En este tramo -el único en que el parque de Vallparadís se mezcla con la ciudad-, los espacios son más duros y pueden acoger usos relativamente intensos, desde plazas públicas del barrio hasta aparcamientos.

La conexión del parque con la ciudad se realiza mediante un sistema de rampas y escaleras que se concentran en los puntos de giro del torrente, formando unos “baluartes” de muros de gaviones que contienen las fuertes pendientes de apoyo de los accesos. En la parte central, entre ambas orillas del torrente, desde el barrio del Siglo XX hasta el de Can Palet, se ha construido un puente de conexión de 105 m de longitud con pilares de hormigón y tablero metálico que se integran dentro del sistema de arbolado.