Promotor:  Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya
Autores: Manuel Ruisánchez y Xavier Vendrell
Equipo y Colaboradores: Victòria Castelló, Arq.; Eulàlia Aran, Arq. Tècnica; Robert Brufau i Miquel Àngel Sala (Estructures)
Superficie y Presupuesto: 2.194 m2 y 1.215.846,80€
Otros datos de interés: Premio FAD 1997

 

El solar es un antiguo campo de cultivo en el extremo oeste de La Cava, próximo a la carretera de la Diputación que cruza el Delta.

El programa funcional se estructura por grupos de actividades: aularios según los niveles escolares, área de administración, área deportiva, servicios e instalaciones.

El proyecto está formado por un conjunto de edificios y pabellones de una sola planta, independientes entre sí, que en algunos casos se conectan a través de una marquesina. Todos los espacios, tanto interiores como exteriores, están al mismo nivel, permitiendo una fácil relación entre ellos. Las piezas se ordenan a través de patios o espacios intersticiales que se orientan principalmente al sur y sur-este, evitando la orientación oeste por su excesivo asoleo y protegiéndose del nor-oeste, por ser la de los vientos dominantes (mistral).

Los cuatro pabellones escolares se ordenan alrededor del patio de acceso, liberando entre ellos espacios pensados como aulas exteriores. El pabellón del jardín de infancia tiene un patio de juego propio. El patio general de la escuela queda definido por los volúmenes del gimnasio, la administración y el bloque de instalaciones. El acceso principal a la escuela se produce entre la administración y uno de los pabellones escolares.

Las piezas que se sitúan junto a la calle cogen alineaciones que parecen caprichosas y que responden a la de sus homónimos al otro lado de la calzada. Unos árboles situados entre los pabellones, fijan el conjunto en la trama del entorno. Los pabellones, por ser elementos iterativos tienen una estructura constante de hormigón prefabricado, mientras que las diversos edificios de servicios se resuelven con muros de carga.

Los materiales empleados en los exteriores responden al intento de conseguir una buena durabilidad y un fácil mantenimiento. Los colores y las texturas responden a la voluntad de integración y relación con el entorno. El interior del aula es el espacio que ha de tener un ambiente más cálido y confortable, para esto se revisten los interiores con materiales que, manteniendo las características antes mencionadas, consigan estos aspectos. Así los plafones de tablero OSB de virutas de madera barnizada, el corcho y los plafones de pizarra, van recubriendo las paredes de las aulas.

Se ha considerado importante que la relación entre el aula y el patio no se estableciese a través de ventanas, por esto el proyecto propone un gran cerramiento de hormigón prefabricado con vidrio laminado que permite una gran transparencia, y a la vez, debido al dimensionado de los montantes, crea una cierta privacidad desde el exterior.

El proyecto propone un porche al final de cada bloque de aulas, pensado para las posibles ampliaciones que sean necesarias, sin que estas afecten a la estructura del conjunto.

El cerramiento del solar se ha resuelto con una malla metálica, que, debido a su gran transparencia consigue que el recinto de la escuela quede en un segundo término, dando importancia a los edificios y a los espacios entre ellos.