Promotor: | MMAMB; Ajuntament de Sant Adrià del Besòs; REGESA |
Autor: | Manuel Ruisánchez |
Equipo y Colaboradores: | Anna Bonet, Arq.; Mònica Batalla, Arq.; Vincent Parasie, Arq.; Ana Elisa Neto, Arq.; Adrià Belanche, Arq; SEDNA (Mediciones, instalaciones y cálculo de estructuras); Shlomi Almagor (Fotógrafo) |
Superficie y Presupuesto: | 3.023 m2 y 655.452,00€ |
La plaza Guillermo Vidaña se sitúa a un lado de la calle Ricart y se encuentra delimitada por un conjunto de equipamientos públicos entre los que se halla el Polideportivo Ricart, la Biblioteca Pública de Sant Adrià y el Centro Polidor de producción cultural y juvenil.
Ruisanchez arquitectos recibió el encargo por parte del Ayuntamiento de Sant Adrià de la remodelación del espacio que ocupaba el antiguo patio así como las calles del entorno, para generar el espacio público de identidad de los equipamientos del municipio que potenciara el eje cívico de la calle Ricart desde la entrada al Municipio hasta la Plaça de la Vila, respondiera a los flujos y cotas de acceso de los edificios y sirviera de soporte para los actos públicos al aire libre.
La plataforma principal de la plaza se dispone 1m por debajo de la rasante de la calle para generar un espacio recogido pero de clara percepción visual desde la acera. El desnivel resultante se salva con una amplia rampa en el lado Nord oeste y con dos grandes peldaños que actúan como banco informal alrededor de su perímetro liberando el espacio central para realizar actos públicos. El rectángulo resultante actúa como patio de butacas del escenario y la grada situados en sus lados más cortos. La grada de madera es el ámbito que recibe mayor insolación, por ese motivo, la vegetación escogida se localiza en esta zona en un juego de palmáceas plantadas en recipientes cilíndricos de acero corten que surgen del entarimado de madera a distintas alturas. Esta plataforma de madera actúa como alfombra de entrada de la biblioteca y permite el acceso a cota al Centro Polidor evitando las escaleras precedentes.
Dada la heterogeneidad de las edificaciones circundantes, se optó por un revestimiento de piedra natural de identidad propia que a través de un degradado entre dos colores se extendiera sobre el eje principal de la plaza. De ese modo, se enfatiza la percepción de profundidad desde la grada al escenario y se genera una superficie que recubre planos verticales y horizontales como si de un tapiz se tratara.
La intervención ordena y califica los espacios residuales entorno a los equipamientos canalizando los recorridos, evitando barreras arquitectónicas preexistentes y sumando continuidades con las calles y plazas del entorno. El resultado es un espacio público polivalente de encuentro que se identifica con las actividades culturales y deportivas de la manzana renovada de los equipamientos de Sant Adrià del Besós.